El jueves de la semana pasada me desperté con ganas de ir a ver el mar.
A ver, no fue tan “de repente”. Lo había pensado el día anterior. Se juntó una semana tranquila después de haber terminado unos cursos, y este tiempo anticiclónico tan impropio de las fechas.
Y las ganas de ver el mar, claro.
Porque es que yo soy de interior, y vivo en el interior. El …