Vas un día de excursión por el campo, con toda tranquilidad.
Árboles frondosos, verdes praderas, pajaros cantarines, brisa fresca y el rumor de un arroyo cercano.
A tope de bucólico.
Y de repente, ay, notas un pellizco fuerte en el tobillo. Miras para abajo y leñe, ¡te ha mordido una serpiente!
¿Qué haces?
He buscado en internet recomendaciones. A parte de “…